dimecres, 17 d’agost del 2011

La juventud católica mundial y visita del Papa Benedicto XVI a Madrid. 17/08/11.

Nadie puede substraerse de ciertos acontecimientos. Su trascendencia mundial te obligan a reacccionar, a decidir, a posicionarte, a decir, aunque sólo sea una reflexión. Y la llamada a la juventud mundial de Benedicto XVI para reunirse en Madrid no puede dejar a nadie al margen. Y menos habitando esta bellísima capital de España. Yo también quiero decir la mía. Mi crítica como no podía ser de otra forma a ese gran Drácula Blanco que muchxs llaman el Papa pero que se alimenta del dolor que proporciona su deshumanizada máquina burocrática que llaman Iglesia Católica.


Y me centraré en el dolor y la sangre y las muertes que ocasiona su actitud frente al aborto. Porque el otro día, el mismo día por cierto que visité “La Dama del armiño”, la primera obra de Leonardo da Vinci que contemplaron mis ojos hasta el día de hoy, el maestro de Renacimiento me obsequió con el descubrimiento de una líneas, nada más abrir un texto sobre los escritos de San Buenaventura – un grueso volúmen, por cierto – en el que se leía textualmente “Dios sólo existe en las cosas creadas”, añadiendo a continuación una explicación que no recuerdo literalmente pero que venía a decir que Dios y vida sólo pueden existir en aquello que puede subsistir y tener vida por sí mismo. Esta lectura me impacto profundamente. Entré al Palacio Real con la impresión de que ya había descubierto mi Dama del Armiño. Dulce regalo del gran Leonardo de Vinci y bálsamo de consuelo para las mortificadas almas de tantas mujeres que por diferentes causas han tenido que abortar. Y sentencia acusatoria de San Buenaventura contra Benedicto XVI como representante máximo de la Gran Farsante.

Ayer noche en la sesión de yoga oí una voz interior que me decía :”Xisco estas con nosotrxs porque nosotrxs te amamos igual que tu nos amas a nosotrxs. Nosotrxs somos el corazón de la Iglesia. No somos la mente que organiza,que gobierna, que comete injusticias como todo el mundo, la burocracia que dicta normas, que excomulga y que perdona. Nosotros somos el amor de Jesucristo y te amamos igual que Él te ama.”

Y se me humediecron los ojos como me ocurre cuando veo o siento algo extraordinario. Ayer la sesión de yoga y meditación fue muy especial. Oí la voz de una inmensa muchedumbre que me decía que ellxs no son la Iglesia de Roma, aunque se alojan bajo sus cúpulas. Que son, todxs juntxs, como un corazón vivo y palpitante : el corazón de Jesucristo.

Anteayer hice mi dia semanal de ayuno. Recibí la visita de Jesús, un paseante de la Casa de Campo que se acerca a saludarme cuando me encuentra por la Pinada Chica. Le llamó la atención desde el primer momento la pintura que acababa de hacer, pero muy discreto no dijo nada, casi hasta el final,cuando apunto de despedirse me preguntó ¿Y que es eso? Un Pantocrátor, le dije. Una imágen que se encuentra en las ermitas románicas.


Pantocrátor de la bellísima Basílica de San Miniato, Florencia.

No le dí más detalles, pero a vosotrxs os cuento que este es mi Jesucristo. El Jesucristo que yo adoro, el triunfador de la muerte. No el Jesucristo crucificado. La imagen de la muerte y del dolor. Igual que adoro a todxs los que como Él, - y como yo mismo -han triunfado sobre la muerte y el dolor.

Hay una gra diferencia. Y sabeis la importancia que tiene las imágenes en la formación de las ideas y en la conciencia. Y la insistenca de la Iglesia Católica en la adoración del Jesucristo crucificado tiene un simbolismo muy grande. Es quedarse en lo humano de Cristo. Y prescindir de su éxito sobre la muerte. El Museo del Prado colabora eficazmente con esta iconología mostrando el inmenso dolor de ese Descendimiento, de Caravaggio. Un dolor que paradójicamente y como ocurre en el caso del rechazo al aborto o a la homosexualidad, tiene su origen en la doctrina de esa misma Iglesia Católica.

Y para acabar una acusación directa a la fe de esos millones de jóvenes que decis creer en Dios, pero que en realidad sólo creeis en Madrid, en Roma, y en un Papa. "Porque si creyerais de verdad diriais "¡Santo Padre vamos a África!¡Somos jóvenes y queremos que la Jornada Mundial sea para hacer algo por otros. No para que otros hagan por nosotros!"Y os reuniríais, no en Madrid como borregos, sino en Somalia o en Libia, o en Mozambique como leones, valientes con los hermanos más pobres y hambrientos. ¡Sí o en Haití.! No sois jóvenes, amigos míos, ni teneis la fe que decís que hay que tener". Pero, tranquis jóvenes de todo el mundo,el que os habla, al igual que Kandinsky habría sido expulsado del constructivismo soviético por místico.

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